Escrito en 2011
Hay veces que me pregunto:
Qué si los sueños podrían tratarse de hechos ocurridos
y/o que si nuestra memoria es más vulnerable cuando está relajada…
Tengo la suerte de recordar prácticamente casi todo
aquello que sueño, e incluso sé que mis sueños son en color: pues los percibo
tal cual y llenos de detalles y, aunque no sé el porqué, hay un sueño que se
viene repitiendo con bastante frecuencia de un tiempo hacia ahora. El escenario
se desarrolla en los bajos de un edificio, digamos como si fuese un garaje muy
grande; pero que en vez de plazas de aparcamiento, son cuartos independientes
con su correspondiente puerta y, por las zonas comunitarias, se aprecian
caminos, que están llenos de escombros y suciedad y, junto a mí, se encuentran
diferentes familiares llegados de Extremadura y que yo trato de enseñarles que
en el cuarto de mi propiedad guardo diferentes creaciones realizadas por mí,
mayoritariamente son tallas en madera y, aunque a mis parientes no les dicen
nada, observo extrañeza en sus miradas y me siento obligado a decirles, que hay
mucha delincuencia y que todo está en ese lamentable estado porque se dedican a
robar y destrozar todo aquello que los demás tenemos allí almacenado. Al
repetirse con cierta frecuencia y no recordar exactamente cómo transcurre el
resto de lo sucedido, me hace pensar que quizás se trate de recuerdos lejanos y
que tal vez estos hayan sido vividos por mí en cualquier lugar o espacio de
tiempo anterior. No es solo este caso: tengo algunos sueños más que se han repetido
a lo largo de mi vida y, en alguno de ellos, he podido comprobar que llegando a
un lugar en medio del monte, en reiteradas ocasiones he llegado a un sitio en
concreto y he visto el mismo lugar donde en sueños siempre aparece una señora
mayor que está comiendo castañas sentada sobre una gran roca y, cuando he sido
consciente que me encontraba en el sitio y que lo único que faltaba en la
escena era la señora…: parece fácil contarlo así, pero en esas ocasiones se me erizaban los
pelos y me invadía una sensación extraña
y, es por todo ello que me pregunto: ¿Quién sabe qué hay de realidad en aquello
que percibimos como vida? Y me vienen respuestas del tipo de: Quizás los
hombres en sí no seamos más que un simple pensamiento y que a través de este
seamos capaces de fraguar nuestra vida y todo aquello que nos rodea, y que,
posiblemente, tengamos la capacidad de comunicarnos sin necesidad de emplear
ningún medio y que esto sea simplemente por proximidad. Tal vez podríamos ser
incluso cualquier tipo de células o bacterias en otro organismo superior…Son
preguntas y respuestas que, con frecuencia, acuden a mi cabeza y que hasta
ahora no he podido llegar a dilucidar, ya que tan solo me baso en la
estructuración y la organización que ejercen las células en los seres vivos.
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