lunes, 30 de noviembre de 2015

Y si hablamos de Literatura…

Escrito el día 19 de noviembre de 2015, después de llenar la tripa, a eso de las tres de la tarde.


Sin necesidad de extenderme ni entrar en valoraciones por considerarlo, además de absurdo, innecesario; decir que:

Existen dos tipos de Literatura, la comercial y la clásica. La primera consiste en entretener al lector y obtener el máximo de beneficio; la segunda, además del entretenimiento y obtener algún tipo de beneficio, conlleva implícito en el interlineado de la historia un mensaje con la intención de persuadir al receptor.

Las editoriales, en la actualidad, se decantan más por la literatura comercial, siempre y cuando la persona que lo haya escrito cuente con el potencial suficiente de seguidores, amigos o familiares sin tener en cuenta el valor literario del resto de las obras que son rechazadas por venir de la mano de personas anónimas.


Con los escritores ocurre otro tanto de lo mismo. El escritor comercial, además de entretener, su objetivo principal es ser reconocido y, por ende, aumentar el número de ventas en el menor tiempo posible; el clásico, por el contrario, su objetivo es que, además de entretenidos, sus libros sirvan de aprendizaje y conduzcan a la reflexión, con la intención de animarles a dar un paso hacia delante; en mi caso, la intención no es otra que la de hacer llegar al mayor número de personas lo que encierran en el interlineado mis escritos, sin que por ello tenga que renunciar al patrocinio o socorro de quienes después de leer mis obras consideren que merezco algún tipo de recompensa, y que, por supuesto, siempre será a merced de su generosidad.

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