Supervivencia
e instinto animal…
Escrito
en julio de 2014
El
instinto por sobrevivir es la principal preocupación de cualquier ser vivo.
Allá
por el mes de junio, en la acera que discurre entre las traseras de la calle La Rioja y el carril bici que
está en la parte de atrás del edificio que ocupa la CNP , aleteaba y bramaba más
que pedía una cría de gorrión tratando de llamar la atención de su progenitora…
Me detuve al observar que el muy glotón no respetaba los turnos y ni siquiera
le preocupaba si a sus hermanos les había llegado un bocado que les permitiese
saciar el voraz apetito y calmar las ansias que en estos partía desde su
irracional estómago.
El
esfuerzo requerido a la generosa y atenta madre para alimentar a su extensa
prole, siete gorrioncillos, no era nada comparado con la energía que esta
empleaba para evitar ser engañada por el ansioso y tragón polluelo que
demandaba constantemente su ración de vida y sustento. Observé que el macho, es
decir, el padre gorrión no le importaba incluso emplear la violencia, con el
fin de facilitar la ardua tarea a su querida esposa; la cual, después de cada
turno alimenticio quedaba completamente extenuada durante al menos un par de
minutos. Una de las veces que presencié la misma escena, me di cuenta que
mientras esta permanecía recostada sobre el refrescante pavimento
tuve la certeza de que estaba satisfecha al comprobar que,
los pequeños demonios, tras llenar el buche, en vez de competir entre
ellos por lograr sobrevivir, se perseguían, unos a otros, dando
pequeños saltos con el fin de jugar y siempre bajo la atenta mirada
de sus ascendientes.
Tras
contemplar esa bella escena me vino a la cabeza que: «cualquier ser vivo, una
vez satisfechas sus necesidades básicas, se predispone al entendimiento, al
ocio y al disfrute de la vida» y de nuevo, una vez más, he sentido la necesidad
de compartirlo sin saber siquiera el porqué.
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