Escrito en mayo de 2013
Paseando por la ciudad, al regresar de comprar media
docena de gaseosas y un par de lechugas…
Al llegar junto a la confluencia de las calles Dos de
Mayo con la de La Estación, es decir, el centro neurálgico de Miranda de Ebro,
ayer, me llamó la atención un hecho bastante curioso:
En mitad de la peatonal y transitada vía, se
encontraban dos personas, que por su aspecto físico me hicieron pensar que
podrían ser árabes; aunque a decir verdad, no me atrevo a asegurarlo por el
hecho de que no les escuché hablar y, además, la distancia en sí era tal que no
pude cerciorarme de que nacionalidad podrían ser. Pero no fue eso lo que causó
que fijase la vista en ellos, sino la situación en que estos se encontraban. Iban
por todo el medio de la calle provistos de un carro, de los utilizados en cualquier
centro comercial, tratando de transportar un colchón de matrimonio. Y, ante la indolencia
de los transeúntes y testigos circunstanciales que descaradamente les miraban y
reían, ante aquel desagradable marco escénico «¿les habrán desahuciado, y al no
tener liquidez para solventar los gastos que derivan por realizar la mudanza a través
de cualquiera de las empresas dedicadas a estos menesteres, se hallan visto
obligados a utilizar dicho medio de transporte?,y, además de aquella lamentable
situación, verse obligados a tener que soportar la humillación de algunos que
sin ser conscientes de la realidad ni del problema por el que tal vez pudieran
estar atravesando… los deshumanizados viandantes se reían a mandíbula partida por
el medio de transporte utilizado para trasladar, tal vez, sus únicos enseres.
En fin…, me entristece, y mucho, la pasividad de las personas que se tienen por
buenas y, en cambio, ante las adversidades de otros: lo único que se les
ocurrió fue señalarles con el dedo índice y mofarse de los desdichados
emigrantes. Hoy les ha tocado a estas dos personas, mañana, podría verme en su
misma situación; pero no sé, si tendría el suficiente valor para defender lo poco que aún me queda: mi
dignidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario