Escrito en 2013
Me dirijo de tú a tú a todos esos «señores» que nos
gobiernan y, por tanto, a quienes deberían defender nuestros derechos y tratar
de conseguir el Bienestar de todos aquellos a quienes representáis, vuestro Pueblo.
Actualmente, como es sabido por la Humanidad, el
mundo lleva un camino que no se debe permitir. Hay evidencias de la exigua
dedicación y/o desinterés con los que tratáis de resolver esta precaria
situación, a la que vuestra manifiesta actitud e ineptitud nos ha conducido.
Desde aquí os propongo la solución al problema que,
tal y como vuestra actitud evidencia, aún está por dilucidar:
Desde mi punto de vista, como persona que me gusta
vivir la realidad sin necesidad de tener que enmascararla, e impulsado por la
inquietud que me caracteriza: me atrevo a darles una idea que entiendo debería,
además, de ser respetada, tenerse en cuenta.
—Dejaros de
gastar el capital disponible en celebrar llamativos e inservibles macrojuicios
sobre personas corruptas; entre otras cosas, porque el hecho de llevar a
prisión a quienes ni siquiera están obligados a devolver los beneficios
obtenidos, tampoco solucionan nada con ello. Según mi opinión, considero más
acertado que se luche porque estos acontecimientos no vuelvan a suceder; ya
que, si ese dinero que gastan en asuntos que no aportan ni revierten beneficio
alguno sobre el Pueblo lo dedicasen a generar empleo, es decir, algo que, sin
duda alguna, nos ayudaría a llegar incluso más allá de salir de esta intencionada
y maldita Crisis…
—Dejaros de
perder el tiempo en buscar y señalar posibles culpables como la economía
sumergida, el desempleo, la «deficitaria» Seguridad Social, las pensiones,… Y, si
aún así continuáis pensando que esto no tiene solución: permitidme deciros que
estáis muy equivocados; ya que, para salir de la Crisis o el hecho de conseguir
un Mundo mejor ni siquiera dependen de tener que inventar un nuevo Sistema: la
clave está en la palabra Respeto. Sí, así de sencilla es la solución que para
vosotros, hasta el día de hoy, no es más que una utopía. Y es tan fácil de
resolver que, por el hecho de su simpleza, ni siquiera lo habéis llegado a
contemplar y, eso que para llevarlo a cabo, bastaría solo con respetar lo que
está escrito y legislado por aquellos que en su día propusisteis y aprobasteis
por Decreto vosotros mismos, los políticos. Y, si de verdad queréis solucionar
lo que estamos soportando, sobre todo los más desfavorecidos: la idea es tan sencilla
como efectiva.
—No tengáis
en cuenta que la idea ha surgido de albañil que, desgraciadamente, por causas
ajenas a él, se ve privado del derecho al trabajo: mi único medio posible de poder
afrontar los gastos que esta injusta Sociedad me exige, como a cualquier otro
hijo de vecino, para poder continuar vegetando, que no viviendo.
—Espero con
esto que: si no consigo mi mayor anhelo, «un Mundo mejor y para todos por
igual», no tratéis de justificar vuestros actos en algo tan irreal como el
decir que no hay soluciones a corto, medio y largo plazo.
—En la vida
y en la lectura, no se ha de conformar uno con lo que está a simple vista: lo
esencial suele estar entre líneas.
—Considero
que no es necesario ni requisito exigido por la Naturaleza tener que acudir a ninguna
Universidad para saber de qué trata la vida; ya que, como todo en ella, muchas
veces las metas se alcanzan con el simple propósito o por pura casualidad.
P. D. : Así es como piensa y escribe, en nombre de
todos aquellos que no piden ayudas económicas, sino un trabajo con el único fin
de poder disfrutar de un derecho que le pertenece por Ley y, Naturaleza: la
vida, Francisco Izquierdo Herrero, un albañil que se halla en circunstancias de
precariedad y desempleo por causas ajenas a él.
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