Escrito el 18 de noviembre de 2015
El día 4 de noviembre, a pesar de las escasas lluvias
caídas, siendo consciente de que aún era demasiado pronto, me fui a buscar
setas a un cercano monte. De antemano, sabía que para encontrar Níscalos me las
iba a ver muy justo, no porque me considere un experto en setas, sino porque
todos los años me ocurre lo mismo; pero, como en ese sitio, con las primeras
aguas brota por doquier la Macrolepiota procera no pude contenerme y a eso de
las once salí del barrio…, y una hora después estaba bajándome del coche en las
inmediaciones de donde vivo. No fueron muchas las que cogí, pero sí, las
suficientes para preparar un par de platos de Lepiotas rebozadas: que es como
más me gustan.
Esta mañana me he levantado como todos los días, a
eso de las seis y media, para leer la prensa local y la de la ciudad que me vio
nacer allá por el año 1963, con el fin de dejar subidos un par de aportes o
tres en el grupo y dejar algo en otros que suelo visitar con frecuencia,
responder correo electrónico y si se dan las circunstancias contestar a
cualquiera que haya dejado escrito en cualquiera de los grupos existentes en la
ciudad y después, me he puesto a escribir una hora más o menos en el borrador que
tengo entre manos, he desayunado y, tras bajar a mi mascota para que libere de
tensión los intestinos, la vejiga y sus engarrotados músculos, tras pasarme por
la panadería que está enfrente de Centro de Salud Miranda Oeste, he regresado a
casa, he cogido una de las cestas de mimbre que utilizo para ir al monte, he
echado en ella una pequeña navaja que lleva conmigo desde que me instalé en la
ciudad, y, a eso de las once, estaba a la altura del Vertedero Municipal.
Las dos y cuarto marcaban las manecillas del reloj
que está ubicado en la cocina, cuando me disponía a tomar asiento para comer,
después de haber cocinado estos anhelados y deliciosos Níscalos. No son muchos,
pero sí, los suficientes para un par de catas o tres y, posiblemente, con esta
salida cierre la temporada de setas; ya que tampoco es conveniente abusar de su
recogida e ingesta.
es muy bueno tu punto de vista artístico. pues toda la vida es una poesía y registrando tus vivencias diarias de ella nos darás el inmenso placer de apreciarla.
ResponderEliminar