miércoles, 25 de noviembre de 2015

Relato corto, Las cosas del querer...

Escrito el 15 de noviembre de 2015

Como cada domingo, campo a través, bregaban desesperadamente, en sentido contrario, desde sus respectivas dehesas, comenzando en Navalonguillas de arriba, la hija de los guardeses, Ambrosia, la desdentada y contrahecha, y, a partir de Navalonguisllas de abajo, el primogénito del mayoral, Macario, el jorovino, tuerto y tullido, todo lo rápido que sus tarados cuerpos les permitían y, en cuanto alcanzaban la cima del altozano que hacía de frontera entre ambas fincas, el brillo de sus ojos superaba el de los rayos del astro rey, el ritmo de sus latidos alcanzaba niveles tan elevados como el de los colibríes… Para él no suponía más que la posibilidad de echar un par de caliqueños; para ella, cada vez que se encontraban: su afligido mundo dejaba de girar y, al aferrarse a palo seco a los labios de él, comenzaba a flotar, como si el suelo se hubiera fraccionado bajo sus contraídos pies a fin de que si nada más importara, a pesar de ser consciente de lo poco o nada que significaba para el «fastuoso» galán…


4 comentarios:

  1. Intenso y apasionado. Lo bueno y breve, dos veces bueno.

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    1. A veces la mente no da para más y ocurren estas cosas.

      Gracias por la atención y el interés demostrado.

      Saludos.

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  2. El amor no correspondido que se contenta con tan poco, aún a sabiendas de la miseria que acepta en respuesta a su entrega.

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    1. Imagino que, a quienes, por desgracia, les toca «en suerte» vivirlo así, darán por hecho que siempre sera mejor eso que nada.

      Gracias por la atención y el interés mostrado.

      Saludos.

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