Esto que les voy a narrar es tan cierto como que
ahora lo pueda estar leyendo alguien que se ha enterado bien por Twiter, o bien
por Facebook o incluso por Google+: sitios por donde habitualmente divulgo todo
cuanto escribo y considero que merece ser compartido con todo aquel que pueda
sentirse interesado.
Un día cualquiera, tras levantarse de la cama y salir
a la calle, un niño de entre 11 y 15 años, un hombre de entre 30 y 50 y otro de entre 65 0 70, se encontraron que, a unos veinte metros,
frente a su portal había surgido una
larga y ancha zanja y esta fue su primera
reacción:
El más joven sintió curiosidad y se acercó corriendo
para descubrir que se hallaba detrás de la hilera de tierra que se interponía
entre este y dicha zanja, y, al descubrir que se trataba de un simple socavón,
perdió el interés mostrado en un principio.
El de mediana edad, ante el imprevisto, se estremeció
al sentir cómo un escalofrío recorría su cuerpo de arriba abajo y surgió en él
la esperanza y comenzó a imaginarse que tras aquel montón de tierra podría
hallarse el encargado de obra y quién sabe si este le podría dar ese trabajo
con que sufragar sus necesidades personales…, y si no todas, al menos las
básicas…
El de la tercera edad «¡Vaya, por Dios!... lo que me
faltaba por ver… estoy harto de tantos
adelantos e inventos que lo único que hacen es jodernos a los mismos… más vale
que en vez de complicarnos tanto la existencia: se acordasen de que tal vez
algún día ellos serán los inadaptados» —gritó tratando que los que estaban a su
alrededor le dijesen: «Cuanta razón
tienes majo» —Pero como ya sabemos los que peinamos canas: no nos queda otra
que Ajo y agua…
Creo que, algo muy parecido a lo narrado en los
párrafos anteriores, pueda estar sucediendo con mis proposiciones literarias…
Unos por jóvenes, otros por faltas de recursos o por carecer de tiempo o por
vete tú a saber…, y el resto por inadaptados: el caso es que «no me queda otra
que conformarme como termina el relato
anterior».
Nunca hay que conformarse ;) Un abrazo!
ResponderEliminarAdmitir la realidad no conlleva tener que asumirlo como un fracaso. De hecho, a través de la escritura consigo el equilibrio necesario para no sucumbir a las adversidades que me plantea esta injusta sociedad.
EliminarGracias por la atención y el apoyo que me brindas.
Salidos cordiales.
Qué buen final, agudo e irónico. Me gustó como lo cuentas, el lenguaje, el ritmo, el tema, todo actual, en el momento que nos toca vivir, eso merece ****
ResponderEliminarRebién !!!!
A veces, cuando te dejas llevar `por las sensaciones, surgen escritos con sentido.
EliminarGracias por la atención y el apoyo que me brindas.
Saludos