Bienvenidos al foro
de la Amistad.
Creado por Juan:
...—Juan: Hola, buenos días amigos/as. Gracias por vuestros comentarios,
doy la bienvenida a los recién llegados y continúo:
Nada más llegar a una de las
principales capitales de España (y os pido disculpas por no desvelaros su
identidad, ya que actúo así con el fin de no perjudicarla de manera gratuita)
pude comprobar la situación dramática en barrios donde la gente dormía en la
calle y la policía estaba siempre rondando y, a partir de aquello, mi vida y
manera de pensar cambiaron. Conocí a personas de todas clases, fui adquiriendo
experiencia y, sin saber ni cómo ni cuándo, me hice hombre antes de tiempo. En
aquel mundo sucio y hostil, comencé a tener relaciones sexuales con mujeres
mayores tan maduras que incluso por edad podrían ser mi abuela. Allí cogí mucha
experiencia con las mujeres, y cuando me cansé de aquello que tantas ganas
tenía… Decidí regresar a casa. Fueron dos años muy duros y, además de tener que dormir en la calle, muchos días ni siquiera pude comer. Allí prendí a tratar,
respetar e incluso a defenderlas del machismo, las injusticias y la violencia
conyugal. Con el pensamiento cambiado por cuanto me tocó ver y vivir, siendo un
joven moderno que defendía a las mujeres, decidí volver a mi tierra:
Extremadura, una tierra arraigada a las viejas costumbres y donde imperaba el
machismo, ya que así había sido durante generaciones e incluso, además de
tenerlo asumido, era defendido por las propias mujeres. /Al regresar a mi
pueblo, convertido en un “hombrecillo moderno”. Comencé a participar en todo
tipo de manifestaciones, tratando de ayudar a los que padecían injusticias,
allí donde hiciese falta me presentaba siempre de manera altruista... Con
veinte años me hice donante de sangre y al poco tiempo me ofrecí de voluntario
en Cruz Roja. /Al cabo de un tiempo, tras cumplir el servicio militar, mi madre
me aconsejó que me dejase de tantas tonterías y que fuese pensando en asentar
la cabeza… y, unos meses después, comencé a salir con María Jesús, una preciosa
joven con la que acabaría casándome un año después. Desde el principio, la
enseñé, a que fuese ella misma y se comportase como creyera conveniente, y que
tuviese la libertad de hacer o decir lo que le pareciese, pero siempre con
respeto. /Una tarde, al regresar completamente abatido después de haberme
pateado la ciudad de un extremo a otro en de busca trabajo, me dijo que había
ido a la consulta del médico. /¿Estás enferma de algo? La pregunté. /No, para
nada, ¡estoy embarazada!, me dijo, de repente, sonriendo como una descosida.
/En aquel momento me sentí el hombre más feliz del mundo y me juré a mi mismo,
que mis descendientes crecerían en un ambiente totalmente distinto al que tuve
yo. Por aquella época encontré trabajo en una multinacional y la verdad, por
primera vez, sentí que mi vida había cambiado, ¡me sentía tan feliz!, que los
días transcurrían vertiginosamente, María Jesús llevaba muy bien el embarazo,
todo transcurría con normalidad y sin ninguna molestia. Lo teníamos todo
preparado para el nacimiento de nuestro hijo y, casi sin darnos cuenta, llegó
el día del parto; recuerdo que ambos estábamos muy nerviosos y creo que eso
influyó de manera negativa, ella no dilataba bien y en aquellos años no era
como hoy en día. El parto se prolongó durante veinte horas y allí permanecí en
todo momento acompañando a mi esposa, viendo como sufría en cada contracción y
yo le animaba, ¡venga cariño!, un poco más, que ¡tú puedes! Y en una de esas
contracciones, nació nuestro primer hijo, Julián. ¡Fuimos tan felices aquellos
años!, tenía un buen trabajo, una excelente esposa y un hijo maravilloso, al
que daba todo el cariño, para que no le ocurriese lo que a mí: ya que, por parte
de mi padre, nunca recibí cariño alguno…
—María: Hola amigo, es evidente que tu capacidad de almacenaje podría
superar a la de un ordenador, que lo tienes bien amueblado y dispuesto; pero
¿te importaría si te cambio el tema?, es que me gustaría saber qué opinas de
Interchat. Espero que no te sientas ofendido con mi aporte y, por si acaso, te
ruego que me perdones en el caso de que así lo estimes, amigo.
—Juan: No te preocupes, no tengo nada que perdonar y sí mucho que
agradecerte a ti y a todos los que comentáis en mis foros. En cuanto a tu
pregunta, según mi humilde opinión: este sitio puede servir para conocer
personas y, sí se puede, relacionarse con ellas. No es un mundo para encerrarse
en si mismos ni detrás de una pantalla. Creo, que hay mucha gente que se
aprovecha de esta situación. Hay personas que tienen problemas y se encuentran
solas y en este medio se abren al diálogo con más facilidad. Personas que en
realidad, y en la vida, se sienten solas entre la multitud. Muchos me han
advertido en privado que no me crea nada de lo que me dicen en Internet, que es
un sitio donde existe mucha mentira, pero mientras que nadie me demuestre lo
contrario, ¿por qué tengo de desconfiar? En mi caso, por ponerte un ejemplo,
todo lo que comento lo puede demostrar siempre. Yo hablo con el corazón y la
verdad en la mano, porque entiendo que así tiene que ser y no concibo que haya
personas que se aprovechan de estas situaciones. Entro buscando amistad, sin
alardear ni mentir como hacen otros so pretexto de ligar, aunque respeto que
haya personas buscando pareja, pero entiendo que primero ha de existir una
amistad y luego si surge algo, entonces puede que sea cierto. Hace unos días,
conocí a una persona por este medio y me dijo que se había enamorado de mí. Le
dije que no podía ser, que no me conoce en persona y que quizás podría tratarse
solo de afecto. Al cabo de tres días, contándome penas, me pidió, que mirase
por Internet un ordenador, un teléfono móvil y alguna que otra cosa más y que
se los regalase. Y le dije que yo quería un avión, pero que mi precaria
situación económica no me permitía ni una cosa ni otra, y, a partir de ahí, sé
que hay personas mentirosas; tratando de engañar y aprovecharse de personas
como yo, que voy con la verdad y de corazón por la vida. Reconozco, que no
todas las personas son iguales, tengo amigos/as que hablan con el corazón y
entre esas personas te encuentras tú. Prefiero seguir siendo así, aunque en la
vida me vaya mal y siendo consciente de que tanto en lo real como en lo virtual
abunden las falacias y la hipocresía.
—Jessica: Hola amigo, he observado que en tus aportes aparece con
frecuencia la palabra hipocresía y la verdad es que a veces no entiendo con qué
fin, ¿podrías aclarármelo?
—Juan: Hola Jessica, la hipocresía es: aparentar lo que no eres,
intentar mostrarte siendo una buena persona cuando eres todo lo contrario. En
mi caso, me muestro tal cual soy, es cierto que soy muy nervioso, pero no por
eso trato de ocultarlo, intento ser educado y correcto en todo momento; soy transparente
con los demás, no oculto nada de mi vida y cuando conozco a alguien, en
principio me gusta tratarlo de usted, porque creo que así se demuestra el
respeto ante los demás: son mis principios y los muestro con naturalidad.
—Jessica: ¡Tú sabes cuan grande eres!, y la capacidad de amar que
tienes, has soportado el dolor en tus propias carnes y, aun así, tu corazón
siempre abierto y dispuesto para ayudar a quien lo necesite. Eres sensible, te
conoces a ti mismo, eres tolerante con los demás, sabes que eres imperfecto,
que tienes muchas limitaciones y te condenas por ello. Resumiendo: para vivir
una vida plena debes adaptarte y ser tu mismo, sin que te importe lo que de ti,
digan los demás.
—Juan: Es muy fácil, decir, que si eres positivo u optimista la vida es
maravillosa; pero cuando eres consciente de que tus huesos se están
desgastando, de que tu cuerpo se va apagando y, que, a pesar de que tu corazón
quiera seguir luchando: te encuentras con un muro muy grande, donde te das
cuenta que la vida y las personas, van al ritmo que toca. Cuando tratas de
hablar, de amar de verdad o creer en la vida, y las personas te dicen “pero ¿en
qué mundo vives, tú?” o cuándo, al comenzar el día, piensas que te “vas a
comerte el mundo” y observas la frialdad de las personas a las que les dices
¡buenos días!, y si es que te contestan, es con un simple hola: regresas a
casa, cabizbajo, enciendes el ordenador y encuentras casi la misma frialdad.
Personas que mantienen conversaciones vacías, donde abundan los ¡Ji, ji, ji y
los ja, ja, ja!, donde ves que solo buscan pasar el día con flirteos sin
sentido, sabiendo que nunca ocurrirá nada más allá de lo virtual, en la mayoría
de los casos, eso termina desanimándote. Y cuando trato de compartir mis
ilusiones, intentando convencer a los demás, que aún podemos salvar la
naturaleza, el distanciamiento entre las personas y que ¡es posible un Mundo
mejor! Algunos, con sus comentarios y burlas, me hacen sentir que mis
pensamientos no son validos para esta sociedad tan modernista donde solo abunda
la maldad y el afán por la ostentación del poder. Los mismos que han conseguido
la mayoría de las personas crean firmemente que son más cuanto mayor sea el
número de posesiones. No soy amigo del dinero ni vivo por ni para él y he observado
que algo tan fundamental como los valores humanos ahora no interesan a casi
nadie: prefieren vivir por y para ellos, sin importarles los demás y, pese a
quien pese, esa es la pura realidad. Todo ello es, para mí, la Hipocresía.
—Empresario: ¡eres patetico tio! si por cada foro que abres, “te diesen
un euro, serías millonario” abres temas absurdos y sin sentido... ¡No interesas
a nadie! ¿Cuándo te vas a enterar que no es la cantidad, sino la calidad lo
importante? ya se, que a oidos necios todas las palabras son inapropiadas pero
es que algunos os creéis Dioses y que merecéis de ser reverenciados por lo
que se ve sabes de todo y sino es asi te lo inventas... ¿a quien pretendes
engañar?
—Juan: Empresario, la verdad es que no entiendo, ¿por qué le pones tanto
empeño al asunto?, no recuerdo, haberte invitado a seguirme y mucho menos que
leas lo que escribo, así es que te pido, ¡por favor!, que me respetes, creo
tener el mismo derecho que los demás usuarios y, es por ello que: si mis foros
no son de tu agrado, pues, decirte que es tan sencillo como no entrar. ¡Ah!,
por cierto, ¿la palabra respeto te resulta inapropiada? Antes, eran mis faltas
de ortografía las que no te gustaban, ahora son los temas que abro, ¿qué será
lo siguiente? o es que, ¿acaso pretendes que abandone la página para quedarte a
tus anchas? Por que de ser eso lo que buscas con tu comportamiento, siento
decirte que no tengo ninguna intención de abandonar el lugar y menos porque te
moleste mi presencia, ¡Vive y deja vivir!, ¿te suenan de algo esas palabras?
Espero y deseo que no consideres inapropiado este aporte.
—Empresario: ¡Eres un imbecil! y nada de lo que dices tiene coherencia además ¿a quien le puede interesar una asquerosa vida que esta llena de
miserias y mentiras? Soy mucho mas listo que tu y te aseguro que a mi no me
engañas con tus argucias, no es necesario ser erudito en materia para
evidenciar que detras de tus escritos hay un claro interes dar pena con la
intencion de que las chicas se acerquen a tí. ¡que no eres mas que un triste y
miserable mentecato!
—Juan: Te recuerdo, “amigo”, que solo hablo de mi experiencia personal y
que, ¡a Dios gracias!, no necesito hacer como “otros”, que, en el perfil suben
imágenes rodeados de coches de alta gama, casas de lujo… y creo que, además de
que posiblemente ni siquiera sean suyos, lo hagan con la intención de
impresionar
—Empresario: ¡que te den, mamotreto! no hay manera de hacerte entrar en
razones espero que no abras mas foros, ¡asi estaremos todos tranquilos! como
antes de entrar él analfabeto universal, o sea, ¡tu! que estoy seguro que te
has escapado de algún centro siquiátrico.
—María: Saludos, Juan No te preocupes por nada, ¿sabes qué le ocurre al
que me precede?, pues, sencillamente que él ha abierto foros y como no ha
conseguido llamar la atención de los demás. No acepta que llegases tú y desde
el principio te seguimos, quienes no observamos tus faltas de ortografía, sino
la sinceridad y el respeto que expresas al escribir.
Ya sabes, que para mí eres un Ángel
y cada vez que te leo, consigues emocionarme con tu sencillez y nobleza; y al
igual que yo, hay muchas personas que opinan lo mismo y eso, amigo mío, es lo
que provoca que algunas personas no toleren tú presencia.
—Juan: Gracias, amigas, vuestras palabras me invitan a continuar
contando mis experiencias y a quienes intentan que abandone la idea, siento
decirles que no tendré en cuenta sus deseos.
—Peón de Albañil: Hola amigos, la verdad es que me quedo perplejo cada
vez que entro en un foro y observo que hay personas cuyo único objetivo es
sembrar la discordia entre los participantes, algo que me parece
desproporcionado es el modo en que son tratadas algunas personas. En el caso de
Juan, un hombre que tan solo quiere compartir sus experiencias vividas tal vez
con el único propósito de que los demás entiendan lo que trata de comunicar. He
de decir que desde que visito el foro, he venido observando su comportamiento y
me he dado cuenta, entre otras cosas, que él no cuestiona a nadie, que es
tolerante y educado con los demás, que habla de cómo ha vivido y percibe la
vida y no entra a criticar a nadie.
—Empresario: ¡oye tu! Peon de albañil, no se por que pero me
recuerdas al capitán liendres, que de todo sabes y de nada entiendes ¿se puede
saber quien te ha dado vela en este entierro? ¿acaso te crees el defensor de
los desamparados y causas perdidas? ¿O eres otro loco que andas suelto por la
vida?
—Peón de Albañil: Buenas noches “Empresario”, cuando entré por primera
vez en esta página, tus comentarios también me llamaron la atención y al igual
que hice con Juan, decidí mirar un poco por la página y pasarme por tu perfil,
y me he dado cuenta que por los foros
que pasas tus aportaciones siempre buscan el conflicto, y creo haber encontrado
la causa de tus injustificables ataques hacia el moderador de este interesante
foro: en tu perfil pude observar, en las fotos que tiene allí, que aparecías al
lado de una casa espectacular, en otra apareces al lado de un coche de alta
gama y en el resto apareces rodeado de cosas de valor, pero me he dado cuenta
que en ninguna apareces dentro de ellos, sino al lado y creo que al sentirte
identificado cuando él se refiere a la falsedad de las personas y hace la
definición de lo que entiende como hipocresía. Aprovecho para decirte desde
aquí: que no es necesario que respondas a mi observación, ya que no me gusta
perder el tiempo con personas que no aportan otra cosa que sembrar la discordia
y cuyo fin no sea otro que divertirse, o tal vez como única forma de justificar
su desacuerdo ante la situación real de su vida, donde se rodean de cosas que
no les pertenecen para aparentar ser alguien y, por último, si me lo permites,
te daré un consejo: cuando algo te cause envidia, no trates de justificar tus
actos y mira a ver si puedes aprender algo de quien posee aquello que tanto
anhelas; “el diálogo, que no la discordia es el camino más acertado”. Y, por
supuesto que puedes decir de mi lo que te apetezca; pero te advierto que te
ahorres las molestias, ya que no hallaras en mí, otra cosa que el silencio por
respuesta.
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