domingo, 28 de agosto de 2016

Primera parte, episodio 16, Atrapados en la red




Bienvenidos al foro de la Amistad.
Creado por Juan:

…—Juan: Hola amigos, por desgracia para mí, no todos los días amanezco de igual manera:
Hay tantas cosas que no entiendo de la vida, que a veces me parece que ni siquiera he vivido. No entiendo ni comprendo que habiendo enseñado a través del cariño y la comprensión por igual, mis hijos puedan ser tan diferentes: Julián, además de ser un niño cariñoso, educado, tranquilo y con una buena trayectoria escolar, sabe convivir en armonía con su alrededor; en cambio, Cristina, además de que está en la edad del pavo y no hay manera de hacerla cambiar, se muestra agresiva, déspota, engreída y cuantas descalificaciones os podáis imaginar... ya desde pequeña mostró indicios de ser una chica caprichosa y complicada, pero ha sido a partir de los 16 años cuando no se puede hacer carrera de ella. La comunicación resulta imposible, no mantiene un dialogo coherente y, además de que por su boca no salen más que insultos e improperios, no respeta a nada ni a nadie y cuando trato de hablar con ella: Cariño, tendrías que intentar ser un poquito mejor, y si te ocurre algo puedes decirlo, somos tus padres y estamos para ayudarte hija, en vez de enfrentarte como haces siempre. /¡Pasa de mi tío! No tengo nada que contar y ¿qué te importa a ti, de qué voy o cómo me comporto? /Cariño, eres mi hija y me duele ver el camino que llevas. /Y tú, ¿qué hiciste? Te recuerdo que con un año más que yo te marchaste de casa, ¿ya no te acuerdas? Eres un flipado de la vida, todo el mundo lo dice: “que eres un loco y que estas como una p...cabra”, ¿pretendes que te haga caso y me traten cómo a ti? Pero tú, ¿de qué vas, tío?, si estás amargado, ¡suicídate!, y no me compliques la vida. Menudo ejemplo a seguir eres, ¡ja, ja, ja!, me trocho y me mondo de la risa, ¡tío!, preocúpate de cambiar tú que eres el hazme reír en todos los sitios donde apareces. Creo que los golpes que te dio mi abuelo te dejaron secuelas de por vida. /Es una pena, no poder hacer nada por remediar a mi hija y no entiendo ni comprendo el porqué me tiene que ocurrir esto a mí y estoy convencido de que mi vida es ¡un fracaso! Me gustaría haceros una pregunta y espero que respondáis con sinceridad. ¿Qué opináis del comportamiento actual de los hijos?

   —Merche: Hola amigos, quizás la falta de comunicación, entre padres e hijos es algo a tener en cuenta. Es muy importante preguntar a diario a los hijos, ¿Cómo te ha ido en la escuela? ¿Qué hiciste? ¿Cómo os portasteis? Y sobre todo ¿Cómo te has sentido? Con ese tipo de preguntas les facilitamos a nuestros hijos, cuando entran en esa etapa difícil de pasar de niños a adolescentes; se sentirán en la libertad de comunicar con facilidad, lo que les pasa.
En cambio cuando hay falta de comunicación entre padres e hijos, estamos contribuyendo a que se manifiesten agresivos, descarados, hipócritamente, etcétera. Y sobre todo, estamos potenciando la inseguridad en si mismos, con lo cual es algo que a la larga nos afecta a todos aquellos que coincidamos en su trayectoria vital. Dando lugar a lo que todos conocemos como trastorno antisocial.

   —Ramón: Hola amigos, ¡efectivamente!, se piensa que cuando hay amor en la infancia, no debería de haber problemas en el adulto, pero por desgracia la verdad no es esa, y los sistemas de educación primaria, la rigidez de las religiones y de los padres en las formas de educación con los hijos, que no les tratan con el suficiente respeto, cariño y al tiempo poniendo los limites necesarios, hace que las cosas no sean todo lo buenas que serían de desear y lo cierto es que hay muchos síntomas en la infancia y luego cuando adultos se manifiestan como por desgracia conocemos.
Los padres tratan de enseñarles a sus hijos lo mismo que hicieron con ellos, mediante la disciplina y repitiendo paso a paso lo que sus padres les inculcaron a ellos, de esa forma inconsciente transmiten a los hijos todo aquello que a ellos les hicieron y como cada familia es un mundo de ahí la diversidad de caracteres adquiridos y esa es la problemática actual en el mundo que vivimos.

   —Jessica: Buenas noches amigos, concuerdo con ustedes en lo anteriormente escrito y, si me lo permiten, me gustaría contribuir con una aportación en este magnífico foro:
El respeto a lo ajeno implica conocer y sentir, que no se debe disponer de lo que no es propio, y “si en un momento determinado necesitamos de algo que no es nuestro” no podemos tomarlo sino contamos con el consentimiento de su dueño. También hay que saber apreciar, reconocer y cuidar el trabajo de los demás, como por ejemplo: no destruir los bienes materiales que realizan otras personas y de las cuales nosotros nos servimos, tal como la limpieza de la ciudad, el cuidado de los árboles del parque o ¡incluso de la propia naturaleza!
De la que dependemos totalmente para poder existir... ¡El derecho al respeto ajeno da lugar a la paz! Y por tanto es posible un mundo mejor, “de nosotros depende el futuro de las generaciones venideras”.

   —Peón de albañil: Pienso que la vida pueda consistir en ir superando las adversidades y dificultades que esta nos irá presentando desde que comenzamos a formar parte de ella y hasta el final de nuestra existencia.
Cuando nacemos no somos conscientes de lo que es el miedo y, por lo tanto, no tememos a nada. El miedo lo adquirimos a través de expresiones como: no hagas esto, ten cuidado con aquello, que si lo haces te ocurre esto o lo otro que llegan a nuestros oídos en forma de consejo, principalmente, por nuestros progenitores y de nuestros progenitores y demás seres cercanos en nuestro entorno y a pesar de que ellos lo hacen con el fin de evitar males mayores, sin ser conscientes de que con su actuar están contribuyendo a fomentar la inseguridad en nuestra persona y, a partir de ahí, esta será la primera meta que deberemos superar, para algunos tan difícil de vencerla que probablemente vivirán con ella de por vida con las siguientes consecuencias... pues la inseguridad personal es la causante de que la vida se vea desde otro punto de vista y convirtiendo a la persona afectada en un ser infeliz, triste, frustrado… la inseguridad personal, es el miedo a lo desconocido, a uno mismo, a enfrentarse a los demás, a la vida. Ese miedo te limita tus actitudes y aptitudes. Tiene varios orígenes, derivados desde la infancia, quizás por una sobre protección familiar o falta de autoestima provocadas por burlas o algún defecto físico. Es una duda permanente que se instala en todo tu ser y es ver pasar los acontecimientos, la vida... y mirar indeciso sin saber que hacer, por temor a equivocarse, tal vez por temor a perder, la inseguridad te impide crecer y desarrollarte como persona. La inseguridad se vence simplemente haciendo frente, afrontando con orgullo quien eres y hasta donde puedes llegar sin importarte lo que sobre ello piensan los demás…
Cuando realmente te aceptas tal cual eres y sientas aprecio por quien eres y lo que quieres. Entonces estas preparado para afrontar la vida con todas sus consecuencias y empiezas a dar la importancia justa a las adversidades y dificultades que la vida te presenta. Pues las cosas simplemente tienen la importancia que uno mismo les quiera dar. Solo así es cuando te liberas y empiezas a verlo todo de otra manera. Abriendo un nuevo horizonte, permitiendo llenarte de satisfacción personal, aprendes que si tú te sientes feliz es porque realmente tú lo crees, ya que, en la vida, todo aquello que ocurre o acontece no son siempre problemas, son simplemente situaciones de la vida. Que, con cambiar un poco nuestros hábitos, es suficiente en muchas ocasiones para que la situación se solucione. Una buena medida es vivir siempre dentro de tus posibilidades y limitaciones personales, quizás así se podría ver la vida de otra manera; aunque es cierto que cuesta mucho superarse a sí mismo, pero el resultado es tan satisfactorio que incluso que no se consiga del todo, el hecho de intentarlo ya de por si es un triunfo. Y si decides no hacerlo, déjate de buscar culpables y de lamentarte pues sólo eres tú, quien te impide crecer como persona, la vida se presenta para todos cargada de adversidades y dificultades, la diferencia está en la forma que actúes frente a la vida y tanto en lo positivo como en lo negativo de esta, ¡tú y solo tú!, eres el único culpable de cuanto acontece en tú vida. ¿A qué estas esperando para enfrentarte a ti mismo y vencer tus miedos?

   —Sonia: ¡Hola Juan! Te comprendo perfectamente, mi hijo es un adolescente de 17 años y lo tengo bastante complicado, hay veces que no sé como actuar siendo más estricta o más severa. El caso es que mi hijo de un tiempo hasta ahora es muy rebelde y todos los consejos que le doy, los toma como algo pésimo, la comunicación es nula entre ambos, ya no sé como hacer para que no me vea como su enemiga, hace lo que quiere entra y sale cuando le viene en gana; me consta que no anda con buenas amistades, por su parte él me dice que mi comportamiento es como el de personas anticuadas y que trate de estar más relajada. ¿Cómo puedo relajarme si su comportamiento no es normal? Los estudios se los toma a risa y no acude a clase y sus amistades dejan mucho que desear, para darle un poco más de confianza le permití que llevase a sus amigos a casa, con el fin de conocerles personalmente y, ¿cual sería mi sorpresa?, cuando les sorprendí fumando marihuana en el dormitorio… Quedé sorprendida por su relajada actitud, en mis tiempos jamás se me hubiese ocurrido hacer eso en casa y de haberlo hecho, estoy convencida de que cualquiera de mis padres me hubiese dado una paliza.
Mi preocupación es, que tengo miedo de que esa droga le conduzca hasta otras y no quiero ver a mi hijo hundido en la miseria, además, no cuento con el apoyo de su padre y al estar separados, él es más permisivo y me dice: “que no tengo de que preocuparme” que mi hijo está en una etapa que ha de pasar y que después se le pasará, es más en alguna ocasión le he sorprendido desautorizan-dome frente a él...por eso creo qué mi angustia nada más acaba de comenzar...

   —Sandra: Hola a todos, un tema interesante, porque todos lo vivimos en mayor o menor medida. ¿Quién no se rebeló alguna vez? En todas las edades hay necesidad de rebelarse y es en la adolescencia cuando se hace más notoria, porque es en esa etapa cuando nos enfrentamos a muchas cosas que no logramos comprender, tenemos temores y empezamos a darnos cuenta que no todo es como creíamos ni siquiera nuestros padres lo son, entonces al dejar de verles como perfectos y que no saben todo, comenzamos a cuestionar todo y vemos el mundo: sin unas reglas claras, con grandes injusticias, donde vale más parecer que ser, donde no siempre el que más se esfuerza es el que consigue los logros... y todo eso nos rebela, entiendo que es un proceso lógico y necesario. Los jóvenes se encuentran de repente que ahora los limites y las reglas deben existir, porque son una norma de contención y para que no se transforme la casa, la vida del adolescente o la familia en un caos, las normas y los limites se han de poner de forma tranquila y estas deben de ser inamovibles; jamás deben ponerse en el momento de una discusión y sí en el transcurso de una buena conversación, explicando porqué se tienen que seguir las pautas, con razonamientos claros y explicaciones lógicas, ya que a ningún adolescente les gustan las conversaciones que se cierran con un “porque si” o “porque el que manda soy yo” Llegados a este punto, sería bueno saber en qué momento comenzó esa falta de comunicación y distanciamiento entre padres e hijos. Es hora de tratar de acortar distancias, ver que cosas les rebelan, no juzgarles ni ponerse en el papel de detectives o policías, acercarse y hacerles saber los miedos que tienen como padres y tratar de que ellos nos cuenten sus propios miedos, hacerles saber que siempre pueden contar con Uds. que si están teniendo algún problema juntos pueden resolverlo, que siempre podrán confiar en sus padres. También hay veces que las situaciones más severas es conveniente que los padres busquen ayuda en profesionales, para tratar de informarse como pueden intentar convencer a sus hijos, para que estos acudan a profesionales para solucionar el problema, ya que hay veces que la rebeldía es severa debido a que hay drogas de por medio y cuando el hijo no sabe como hacer, entonces es importante que sean los padres quienes se informen de los pasos a seguir para salir airosos del problema. Cuando las cosas no se hacen a través del cariño y utilizamos el castigo, lo único que conseguimos es eso, el distanciamiento entre padres e hijos, por consiguiente, el empeoramiento del problema. No siempre es culpa del adolescente, él desconoce la realidad y consecuencias en la mayoría de las ocasiones.

   —Perico el de los palotes: ¡Gracias amigos! Cada día que pasa me encuentro más a gusto en este sitio, donde la gente es más comprensiva, donde te ofrecen respuestas a través de sus vivencias, donde se puede ver que aun hay gente sincera que te habla sin miedo desde el corazón, y eso es algo que por desgracia en la vida cotidiana y en la calle, cada vez hay menos personas dispuestas a escucharnos al tiempo que nos hace sentir que en realidad estamos solos. Esa es una de las preguntas que me hago frecuentemente, ¿por qué estamos tan solos?

   —Utópico: Hola amigos, posiblemente sea porque así lo han decidido, otros porque esperan encontrar a la persona apropiada, otros porque no tienen otra alternativa… Pero, creo que lo más importante es ser feliz y disfrutar del día a día con las circunstancias que nos rodean, y no el estar o no solos.
La soledad tiene varias caras y hay que ser conscientes que la vida, es una sola e intentar vivir, con soledad o sin ella… y la mejor manera posible es pensar que hay un mañana y que las cosas pueden ser muchísimo mejores.

   —María: En la especie humana, nadie quiere estar solo, todos de alguna manera buscamos evitar ese sentimiento pero, en realidad todos estamos solos en las situaciones difíciles y creo deberíamos aprender a estar solos, quiero decir, que no podemos refugiarnos en otras personas para aliviar la soledad. Porque de esa manera y sin ser conscientes nos auto engañamos.
Lo bonito de vivir es compartir, dar a los demás parte de nosotros, pero no siempre es posible, y muchas veces la soledad nos hace elegir mal o refugiarnos en personas que no nos convienen, simplemente por evitar el sentirnos solos. Lo ideal sería, conseguir el equilibrio interior, estar a gusto con nosotros mismos y enfrentarnos a la vida sin miedos, después de todo es peor estar mal acompañados que vivir en soledad.

   —Julia 32: ¡Hola amigos! En mi opinión aceptas la soledad cuando vivir contigo misma no supone una carga… y como todo, lleva un aprendizaje.
Como seres humanos, no creo fuéramos creados para vivir solos, ya que desde la prehistoria fuimos formando grupos, porque de otra manera no habríamos sobrevivido - eso por tanto, el instinto social es el que nos lleva a integrarnos bien o mal con otros seres humanos-. Eso era más que una necesidad de supervivencia, desgraciadamente en la actualidad, vivimos individualizados y el cambio experimentado es el sufrimiento de la soledad y que a su vez, de no remediarlo, acabará con la extinción del hombre. Solo es cuestión de tiempo si no se pone remedio, ahora que quizás estamos aún a tiempo de evitarlo.

   —Manuela: Es cierto que la soledad es una asignatura pendiente para muchos de nosotros, pero estoy de acuerdo con todo lo expuesto anteriormente y aun estando en esa filosofía de armonía y paz interior que te hace vivir la vida desde otra perspectiva de equilibrio y aceptación, la soledad puede generar un estado emocional, al no aceptarla como aprendizaje y unificación de uno mismo, es cierto que nacemos, vivimos y morimos solos, aunque en la mayor parte de nuestra vida no seamos conscientes.
El ser humano experimenta a través de sus emociones su crecimiento personal basado en el amor, y para nosotros el amor significa literalmente compartir con otro ser.
Es cierto que tendrían que enseñarnos desde pequeños que el amor existe en todo lo que nos rodea y sobre todo en cuidarnos y amarnos a nosotros mismos, y así poder compartir la calidad del ser y no la carencia de la necesidad en la soledad.
   —Peón de albañil: Hola amigos y demás contertulios. Aunque difiero en algunas cosas con vosotros, sí que es cierto y concuerdo en que la soledad es la única que nos permite estar con nosotros mismos y que a través de ella, indagando en nuestro interior, podríamos descubrir quiénes somos. Es cierto que la soledad es una asignatura pendiente para muchos de nosotros, pero estoy de acuerdo con todo lo expuesto anteriormente y aun estando en esa filosofía de armonía y paz interior que te hace vivir la vida desde otra perspectiva de equilibrio y aceptación, la soledad puede generar un estado emocional, al no aceptarla como aprendizaje y unificación de uno mismo, es cierto que nacemos, vivimos y morimos solos, aunque en la mayor parte de nuestra vida no seamos conscientes.
El ser humano experimenta a través de sus emociones su crecimiento personal basado en el amor, y para nosotros el amor significa literalmente compartir con otro ser.
Es cierto que tendrían que enseñarnos desde pequeños que el amor existe en todo lo que nos rodea y sobre todo en cuidarnos y amarnos a nosotros mismos, y así poder compartir la calidad del ser y no la carencia de la necesidad en la soledad.

   —Utópico: ¡Ah! Sin duda Manuela, justamente el sentir soledad, es que aun no se ha obtenido el aprendizaje que se necesita.
Como bien dices, al final, somos nosotros solos quienes tenemos que resolver nuestros conflictos, aunque creamos que los solucionamos a través de otras personas o causas.
De nada sirve la ayuda que nos puedan brindar, si nosotros, no tomamos la acción para hacer cambios de actitud ante las experiencias que nos toca vivir.

   —El solitario: ¿Cómo fue?… es una pregunta que me hago con frecuencia y sin obtener respuesta. Sin inquirir de mí te has convertido en la compañera inseparable de mi vida. En todo momento te llevo conmigo como invitada especial, sin distanciarnos un momento. ¡Debo decirte! que me he acostumbrado a tu presencia, no me abandonas ni un instante. En sueños te contemplo, y cuando despierto estas a mi lado, escuchando a cada momento… con tus caricias y abrazos me dominas, eres única conmigo, y apenas lo puedo creer. Me tomas de la mano y me llevas donde quieres, me inmovilizas, no puedo escapar, me tienes a tus pies. Como voces, en mi mente siempre estás presente repitiéndome tu nombre, recordándote en momentos inoportunos. Imagino que vivo en un mundo aparte solos tú y yo. Contigo he compartido mi vida entera, sin importar como hayas llegado, estas siempre a mi lado. A veces me gana este sentimiento y quisiera contarles a los demás lo que está pasando. Pero sé que les sería difícil comprenderme, tal vez piensen que somos tan diferentes que pareciera algo ilógico. En realidad, me has convertido en tu reflejo compartiendo un mismo sentido. Es por eso que te he dedicado estas líneas, por todo este tiempo contigo, ¡solo para ti!, mi única amiga y compañera: la soledad.

   —Judit: La verdad es que a uno le gusta, en algunas ocasiones escapar de la soledad, pero ella te persigue implacable, corre más que tu, a veces pasa de largo, y otras espera, a que te encuentres con ella. En cambio, otras veces la buscamos desesperadamente, nunca es una amiga que te haga compañía siempre es un extraño a quien no llegas a conocer, pero siempre camina a tu lado. Muchas veces hablas con ella, ¡pero nunca te escucha! No oye ni habla, pero siempre está ¡ahí! caminando a tu lado como “si fuese tu sombra” nunca desaparece, solo se oculta algunas veces, pero si miras hacia el suelo observas que tu sombra es más larga que de costumbre, entonces reconoces que la soledad te acompaña y es cuando tienes que aprender a vivir con ella; entonces comienza la transformación, acabas aceptándola y así deja de ser una extraña, ahora comienzas a hablar con ella, incluso te gusta y eso quiere decir que has aprendido a convivir con ella, sólo le pides una cosa “ que por favor no te deje sola”.

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