Bienvenidos
al foro de la Amistad.
Creado
por Juan.
...—Juan: Hola a todos/as, aquí estoy
tratando de rememorar y transcribir lo que ya sabéis:
Al cabo de uno días, fui a visitar
a mi madre, en compañía del pequeño, Julián. Tras abrir la puerta esta se vino
hacia nosotros con los brazos abiertos y una sonrisa dibujada en su cara. /Hola
madre, ¿que tal está? La dije después de que esta se comiese a besos al niño y
se abrazase a mí para otro tanto de lo mismo. Venimos a hacerle una visita,
¿necesita algo? /Pasad y sentaos un poco, nos dijo al tiempo que agarraba al
pequeño y tiraba de él hacia la cocina. Hace tanto tiempo que no venís a
visitarme, que creí que os habíais olvidado de mí. / Bueno madre, tampoco
exagere usted tanto que estuvimos aquí el mes pasado; ya sabe que ando bastante
atareado con mis cosas y el partido me roba mucho tiempo. No se piense usted
que en política somos todos tan desalmados como los que salen en televisión, ni
todos ganamos tanto dinero y en mi caso aun menos; ya que, como sabe usted, lo
que gano de concejal lo dejo para ayudar a las personas necesitadas y no me
quedo con nada. /Recuerdo que mientras yo hablaba, ella iba asintiendo. /No te
estoy recriminando nada, hijo, solo trato de hacerte saber que desde hace unos
días no me encuentro bien./¿Ha ido usted al medico? ¿Por qué no me ha avisado
antes? /No, aún no he ido, estaba esperando a ver si se me pasaba: ya sabes que
no me gusta molestar, hijo. /Usted nunca molestará y, al igual que usted ha
estado siempre pendiente de nosotros cuando lo hemos necesitado, ahora nos toca
estar a los hijos. /Pasamos tranquilamente la tarde haciéndola compañía y al
llegar la noche nos despedimos. /Mañana vendré temprano para acompañarla al
ambulatorio. /¡Hasta mañana entonces, hijo! /Madre, duerma y esté tranquila que
a las ocho vendré a recogerla. /A la mañana siguiente, en el ambulatorio, al
abrir la puerta. /Buenos días doctor. ¿Da usted su permiso? /Hola, buenos días,
por supuesto, ¡adelante!, y díganme lo que desean. /Se trata de mi madre, dice
que lleva unos días que no se encuentra bien. /Dígame que es lo que la ocurre,
Luisa. /Pues, verá usted, don Alejandro, el caso es que llevo días que no me
encuentro muy católica y me duele mucho un pecho. /Quítese la ropa de cintura
para arriba, que, quiero hacerle una auscultación. /¿Toda? Ya sabe usted que
para esas cosas soy muy vergonzosa. /Esté tranquila que soy consciente de que
casi todas las personas mayores sienten pudor al tener que desvestirse. ¿Y
cuánto tiempo dice que lleva así? /Una semana más o menos y al principio me
dolía menos. /¿Y no ha notado usted
molestia alguna anteriormente? /Ninguna antes de la semana pasada. /La
voy a mandar al hospital, no estoy seguro de que se puede tratar, pero he
notado un bulto y además tiene el pezón rehundido. /¿Es grave doctor? Nunca he
estado enferma. /Eso se lo dirán en el hospital, allí cuentan con más medios.
La voy a mandar con carácter de urgencia. /Gracias don Alejandro, ¡hasta otro
día y que Dios le de salud y guarde a usted por muchos años, dijimos mi madre y
yo casi a la vez. /Adiós, ¡ir con Dios!, nos dijo él.
Una mañana, tras cumplir con el
ritual de conectar el ordenador, al entrar en una de mis cuentas de correo,
observé que en la bandeja de entrada aparecía en primer lugar “Catherine
Anderson Sutherland”. “¿Quién será esta?, pensé a la par que hice clic para
salir de dudas:
De: Catherine Anderson Sutherland
Fecha: 27/04/2010 /02:35:10
Para:
BonifacioMartín@Hotmail.es.com.
Asunto: [Soy La Canadiense
Encantada].
Estimado amigo:
He estado en tu blog y al ver allí
la dirección de tu correo electrónico no me he podido resistir para felicitarte
de una manera más íntima. Espero que me agregues a tus contactos tanto por aquí
como por Interchat. Normalmente suelo acostarme a eso de las diez, pero me he
quedado maravillada con todo cuanto allí expones y me he dicho para mi misma
que para que esperar hasta la tarde para hacértelo saber. Ah, por cierto, antes
de que se me olvide, la foto que tienes en este perfil no se corresponde con la
que tiene allí y me ha surgido una duda al respecto, me lo podrías aclarar?
Espero impaciente tu respuesta.
Muchos Muakisss de esta que te quiere.
De:
Bonifacio Martín
Fecha: 27/04/2010 /08:19:10
Para:
CatherinaAnderson@Hotmail.live.com.
Asunto: [Responder a La Canadiense
Encantada].
Hola Catherina, en primer lugar,
decirte que soy consciente de mis limitaciones, y que, a pesar de intentar
hacerlo bien, sé que aún no controlo bien la gramática; pero entiendo que
cuando las cosas salen del corazón, lo de menos son las faltas ortográficas, en
fin, no sé si entiendes bien lo que quiero decir.
En cuanto a lo de la foto, he de
decirte que en el blog tengo puesta una reciente porque entiendo que hay que
ser serios frente al público, en cuanto a la que tengo en Interchat es una que
cogí de la red; ya que no considero sea algo relevante. Espero que este e-mail
sirva para dilucidar tus dudas.
Adiós.
De: Catherine Anderson Sutherland
Fecha: 27/04/2010 /15:45:15
Para:
BonifacioMartín@Hotmail.es.com.
Asunto: [Reenviar].
Hola cariño:
Muchas gracias por responderme tan
pronto, mi amor, me acabo de levantar y antes de salir a trabajar he conectado
mi laptop porque algo me hacía intuir que había un mensaje para mí. Eres muy
guapo!!! Tienes todos los componentes de mi hombre ideal. Me gustaría hacerte
una serie de preguntas y espero que seas sincero, vale? Qué tal te va con tu
esposa?? Qué opinas de las relaciones cibernéticas??? Ahora tengo que salir,
pero antes de irme, quiero que sepas que soy una mujer muy apasionada y que me
he pasado la noche sin dormir: estuve pensando en ti y mojé mis prendas más
íntimas…
Muchos besos mi amor.
De:
Bonifacio Martín
Fecha: 28/04/2010 /08:30:22
Para:
CatherinaAnderson@Hotmail.live.com.
Asunto: [Reenviar].
Hola Catherina, no creo estar obligado
a tener que responder a tus preguntas, si respondí tu anterior e-mail fue
porque mis principios así me lo hacen entender; pero de ahí a que tenga que
seguir haciendo algo que no me apetece, además de inmoral, me parece absurdo.
Te recomiendo que entres a mi perfil y leas cuanto allí expongo, léelo con
detenimiento y saca tus propias conclusiones.
Espero y deseo que entiendas esto
como un acto de sinceridad y te ruego: que te abstengas de responder a esta
misiva, ya que no hallarás en mí más que el silencio por respuesta.
Adiós.
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