Bienvenidos
al foro de la Amistad.
Creado
por Juan.
...—Juan: Hola, buenos días a todos
y, dicho esto, al igual que la vida sigue su curso sin detenerse por nada ni
por nadie:
Corría el mes de
mayo de 1996, la primavera se mostraba esplendorosa después de haber superado
un crudo y frío invierno, con ella todo volvía a resurgir para recobrar la
esperanza perdida. Así me sentí al recibir la noticia aquel día. /Hola cariño,
te traigo una sorpresa que espero sea de tu agrado, me dijo María Jesús nada
más entrar en casa. /Hola mi amor, a estas alturas, pocas cosas me sorprenden,
espero que al menos sea positivo. /Vamos a ser padres otra vez, algo tendrá que
salirnos bien, ¿no crees? /Sí, claro. Supongo que algún día se tendrá que
terminar de una vez esta mala racha y podemos disfrutar un poco de la vida. /Al
cabo de unos segundos caí en cuenta y me abracé a ella llorando por la emoción.
/El tiempo fue transcurriendo sin ningún contratiempo y si todo cursaba como es
lo normal, el nacimiento sería para últimos de diciembre. /Recuerdo, como si
hubiese sido ayer mismo, que nos encontrábamos paseando por el pueblo, cuando
la casualidad hizo que me encontrase con un amigo, de los pocos que tuve en la
infancia, al cual hacía muchos años que no veía y según me dijo habían pasado
más de 20 años, desde que se había
marchado a la capital de España y, a pesar del tiempo transcurrido, no
imposibilitó el que al reconocernos mutuamente, nos fundiésemos en un fuerte
abrazo y después nos pasamos un buen rato intercambiando información de cómo
nos iba en la vida. /Vamos a tomar algo, que esto hay que celebrarlo. Eres muy
importante para mí y siempre te he recordado, me dijo sonriendo. / Tú, también
has estado en los míos, eres una de las pocas personas que me trataron con
cariño y para mí eras como un hermano, pero de los buenos, ¿eh? /He venido a
visitar a mis padres y justo me iba hoy, ha sido una suerte encontrarme con
vosotros, ya que pregunté a algunos, ¿Qué era de ti?, y, además de hablarme mal
de ti, me dijeron que estabas loco, pero, ¡doy gracias a Dios!, por haber hecho
posible el reencuentro y comprobar que todo es mentira y fruto de su maldad.
¡Vergüenza les tendría que dar!, estar toda la vida metiéndose contigo, ¡por lo
noble y buena persona que eres! /Jacinto, ¡por favor!, cóbrate lo que hemos
tomado y dame también esa serie de lotería. /Toma Juan, la mitad es para
vosotros y, ¡ojalá!, que la suerte premie al destino, por habernos puesto de
nuevo en el mismo camino. /En la madrugada del día 22 María Jesús se puso de
parto y, como la criatura venía de nalgas, tuvieron que hacerle la cesárea. /Al
amanecer, aprovechando que las dos se habían quedado dormidas y según me había
dicho el médico tendrían que permanecer un par de días o tres en el hospital,
decidí marcharme a casa para comer un poco y, después de levantarle, asearle,
vestirle y darle el desayuno a Julián, llamé a la vecina de enfrente, la puse
al corriente de la situación, y tras darme la enhorabuena y hacerse cargo del
pequeño, salí trotando para regresar cuanto antes al hospital. /Recuerdo que oí
una voz lejana, me detuve un momento. /¡Enhorabuena Juan!, vaya suerte que has tenido. / Sí, así es, ya
tengo la parejita. /¡Hombre!, suerte por lo de la niña y por lo de la lotería,
o es que ahora, ¿te quieres hacer el
tonto?/¡¿Qué lotería?!, le dije sin saber de que me estaba hablando. /En el bar
de Jacinto, ha tocado el gordo de Navidad y se dice y se comenta por todo el
pueblo: que la única serie con ese número os la habéis llevado “Luisito pun
nariz pistola” y tú, justamente el día anterior, así es que de nada sirve que
te hagas el desentendido. /Pues, es la primera noticia que tengo, ¡gracias, por
avisarme!, le dije sin emoción alguna, ya que esa persona se había burlado de
mí durante muchos años. /Me acerqué hasta el bar y, desde la distancia, pude
observar que era cierto, tenía puesto un cartel en la puerta con el número
premiado, lo memoricé y me fui corriendo a mi casa con la intención de
comprobar si era el mismo número, y al comprobarlo, salí corriendo hasta el
hospital. / Recuerdo que todo el mundo me miraba sin salir de su asombro al
verme correr de aquella manera y gritando: ¡La niña! ¡La niña! /¿Qué le pasa a
la niña?, me dijo María Jesús. /¡Qué no viene sola! / La cara de mi esposa
parecía un poema. /¡¿Cómo que no viene sola?!, pero, si he tenido una nada más.
/La niña viene con un pan debajo del brazo, me calmé un poco y, por fin, pude
explicarle. /Mi amor, nos ha tocado el gordo de Navidad. Ya iba siendo hora de
que nos ocurra algo bueno cariño. /Ves, cariño, cómo tenía razón cuando te he
dicho más de una vez, que después de una mala racha siempre llega una buena, me
dijo abrazándose a mí temblorosa como un flan y llorando como una Magdalena.
/La vida me dio un giro de 180º, tiempo atrás soñábamos que algún día podríamos
cambiar de vivienda y comenzar una nueva vida. Apartándonos un poco de allí,
dónde desde niño los malnacidos no hacían otra cosa que burlarse de mí. /Lo
primero que hicimos con el dinero fue comprarnos un coche, ya que, a pesar de
contar con el carnet de conducir desde tiempo atrás, no había sido posible comprar
un vehículo. /Después de recuperarse del parto y transcurridos seis meses,
decidimos darnos una vuelta por la zona en expansión y estuvimos visitando unas
viviendas de reciente construcción, en la ciudad de Augusta Emerita, Mérida…
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