martes, 1 de diciembre de 2015

«Batalla nabal acaecida en tierras castellanas contra un veterano mojón…»

Recién salido del horno:

Se cuenta, se comenta y rumorea por Internet, que, cierto día; al ser enviado a la mierda y/o a tomar por…, por decirlo de algún modo:

Un veterano mojón decidió crear su propio espacio y, desde este, compartir con todo aquel ser o persona que pudiera sentirse atraído por lo que él expresaba a través de sus actos y palabras. 

Al principio, a pesar de que el transito era más o menos moderado, unos por temor y otras por desinterés: pasaban de largo y/o en el caso de participar lo hacían con evidente timidez; ya que, no todas las personas están preparadas para soportar la presión y los insultos de los que, al parecer, no saben hacer otra cosa que menoscabar a todas aquellas personas que no comulguen con sus farragosos ideales; pero, que, con el paso del tiempo; al ver que, raro era el día que no se desplazaban hasta el lugar un peculiar triunvirato: compuesto por un churrullero y deslenguado cínife, un Stomoxys calcitrans, es decir, una mosca macho, que: pese a lo de lo mucho que dice saber, con respecto a todo lo que tenga que ver con las leyes, a lo único que alcanza es a ser adjetivado como un prosaico leguleyo; y el tercero,  no ser más que un maleducado y consentido moscardón, que, por su apariencia e ininteligible comportamiento: podría confundirse con un descerebrado escarabajo rinoceronte… fue a partir de ahí, que el resto de integrantes, es decir, las personas que prefieren seguir los acontecimientos desde el silencio, sin mojarse y, tras la barrera, destornillándose de los fallidos intentos de los tres malhechores: con respecto a hacer ver que todo lo que manifiesta, expresa y comparte el mojón no es más que basura, malas intenciones y pseudoliteratura barata e improductiva…, según afirma y pregona el trío tralalá, cuyas acusaciones y lamentaciones no tienen lógica alguna por el simple hecho de entender que nadie está obligado a tener que obrar en contra de su voluntad y, en caso contrarió, resultaría absurdo, contraproducente y desatinado quejarse de algo que se puede evitar sin más, y: cuyo único perjuicio podría recaer sobre la dignidad de quienes así actúan…

«En fin, algo tendrá el mojón que incomode al pérfido triunvirato para que, un día sí y otro también, intenten conseguir el utópico objetivo de desacreditarle como persona y aprendiz de escritor», digo yo, y se preguntarán el resto de personas que siguen y/o están agregadas al grupo.






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