Escrito el día 8 de noviembre de 2015
La nimiedad del uno por ciento me hace sentir tan
ilusionado y pletórico como contrariado y exasperado la ineptitud de quienes
nos «representan». Y, a pesar de que no me gusta incluir números ni cifras en
mis escritos, he de decir que:
El hecho de pensar, que con algo tan sencillo como emplear el uno por
ciento de todas las transacciones mercantiles y financieras llevadas a cabo a
nivel global se destinase a solventar o paliar el enorme problema que supone a
cualquier persona o país que se halle, o esté por debajo, del umbral de
pobreza por causas ajenas a su voluntad, me hace sentir tan esperanzado que
necesito escribirlo y hacerlo llegar al mayor número de personas; de ahí, la
euforia matinal. Y, tras reflexionar, que a los susodichos no se les
ocurran ideas tan llanas como efectivas y su indiligente actitud, provoca en mí
fiereza y la necesidad expedita de hacerlo público.
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