Capitaneados por un concejal con ínfulas de César,
algo que está fuera de lugar y contexto por hallarnos en la Era de la
Comunicación, quiero decir, los que predican y abogan por conducirnos a la
salvación, según ellos, a través de políticas y estrategias utilizadas mucho
antes de los años de María Castaña e incluso de que fuera promulgada la Ley Hortensia allá por el año 287
a . C. , es decir, tratando de hacer una mala copia de lo
llevado a cabo 465 a .
C. por el dictador Quinto Hortensio, el mismo que hizo votar la ley que
obligaba a todos los ciudadanos a acatar los plebiscitos —El plebiscito romano,
en su origen, designaba a los jefes plebeyos, votaba normas de su interés
(inviolabilidad de los tribunos, protección de las Asambleas, derecho de voto,
etc.) y ejercía jurisdicción criminal sobre los plebeyos de las tribus—. Desde entonces hasta ahora se han librado
infinidad de batallas con la intención de encontrar el equilibrio entre la
desigualdad y lo justo entre las personas y los países. Por aquel entonces las
huestes se trasladaban en caballos, más tarde lo harían a lomos de vehículos
motorizados por tierra, mar y aire. En la actualidad, en esta ciudad, la hueste
que elogia y aplaude en público al concejal lo hace a través de Internet
amparándose en el anonimato; unos, ocultando su identidad sin poner cara a su
verdadero nombre; otros, creando perfiles falsos: para atacar y difamar a
quienes consideran sus Patricios, es decir, al grupo que democráticamente
obtuvo el mayor número de votos en las últimas Elecciones Municipales, es
decir, los mismos que guardan la compostura sin ponerse al nivel de quienes les
lanzan directamente a los pies de los caballos, pese a las incriminatorias
falacias y los insultos que contra ellos/as vierten a través de sus comentarios
y post's la caterva de incívicos e
impresentables que dicen defender las libertades, el bienestar social,…, tal y
como predican, megáfono en mano, a viva voz: sin ser conscientes de que su
errónea actitud evidencia notoriamente la incoherencia con su estudiada y
predicada verborrea, es decir, sin tener en cuenta que en esta vida todo tiene
un precio y que a todo cerdo le llega su San Martín.
Con el paso de los años uno se conciencia de que la vida en sí no son más que recuerdos. Aquí iré subiendo escritos a modo de recuerdos, es decir, de igual manera que estos surgen en nuestra mente: sin necesidad de tener que ordenarlos cronológicamente, si lo estimo oportuno. Así mismo se podrán adquirir en formato digital o en papel las obras de mi autoría.
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