Escrito el 5 de febrero de 2016
De un tiempo a esta parte, no hay grupo de Facebook
donde se traten temas de la ciudad donde resido que no me acusen de ser un
personaje polémico, ¡cómo si eso fuera indicativo de ser un crápula, degenerado
y/o sinvergüenza! No hay aporte o comentario que exponga donde no aparezca
algún/a detractor/a con la intención de demostrar lo malvado o egocéntrico que,
según ellos/as, soy. Algo que, dicho sea de paso, no me preocupa lo más mínimo,
por el hecho de que nada de lo que escriban va a servir para afectarme a nivel
emocional ni para condicionar mi vida; ya, que: por mucho empeño que pongan, en
ningún caso podrán demostrar algo que solo existe en su imaginación.
Reconozco que cuando expongo un post lo hago con la intención de generar polémica, es decir,
provocar el debate y/o la controversia; pero no para regodearme ni quedar por
encima de nadie, sino para saber qué opinan los/as demás sobre el tema en
cuestión, con la intención de adquirir conocimientos si es que se opta por
razonar los aportes que cada cual pueda aportar.
La verdad es que hasta hoy no he recibido más que
agravios, pues he llegado a concluir que una de las razones por las que no toleran
mi presencia es precisamente por mi forma de expresarme. Imagino, que no
afirmo, pueda deberse al hecho de no mostrarme tan distante y frívolo como la
mayoría de ellos/as. Una actitud que no entiendo, pero que admito y respeto al
guardar silencio, es decir, quedándome al margen sin necesidad de
arremeter contra su forma de actuar y escribir; algo que al parecer, se les
escapa y/o no quieren tener en cuenta.
Mi presencia les incomoda hasta el punto que por
activa y por pasiva, quiero decir, en abierto y en privado, se han dirigido a
los/as administradores del los grupos para solicitar mi expulsión argumentando
que si no me expulsan se van ellos/as, es decir, con amenazas y coacciones.
Algo que no entiendo, ya que, con bloquearme la intolerante persona podría
librarse de este detestable personaje que tantas molestias y perjuicio les
causa, según ellos y ellas, claro.
Podría extenderme sin necesidad de tener que inventar
ni tergiversar nada; pero, como soy consciente que el tiempo libre es un bien
escaso, me voy a abstener de aprovecharme de tu generosidad, mi estimado/a
lector/a.
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