jueves, 21 de enero de 2016

Cosas que acontecen en mi ciudad... 18

¡Iniciativas juveniles Sí, Picaresca No. Gracias!

Ahora se ha puesto de moda en la ciudad celebrar eventos que a priori hacen creer a cualquiera que su intención es hacer confluir a un gran número de personas en un determinado lugar para recaudar fondos a favor de una noble causa; pero si lo analizas con detenimiento: descubres que no es más que una burda estratagema para obtener beneficios propios.

El día 9 de enero, con la excusa de recaudar fondos para el pueblo saharaui, haciendo constar en el cartel anunciador que la recaudación irá destinada íntegramente al Sahara, se llevaron a cabo una serie de actos en la Fábrica de Tornillos: por la mañana, según tengo entendido, se podía colaborar aportando cualquier tipo de alimento no perecedero y degustando lo que se ofertase en la jaima allí instalada. Por un lado, decir que desconozco si la exhibición del Club de skate era por la mañana o por la tarde y si los artículos puestos a la venta era para contribuir con la causa o para autofinanciarse y si estuvieron expuestos durante todo el tiempo; por el otro, desconozco si la intención de los grupos musicales era para contribuir con la causa o para autofinanciarse, estos , a diferencia de los otros, contaban con un bar donde, además de vender todo tipo de bebidas, se podía adquirir alimentos y participar en una rifa ilegal, donde el premio era un lienzo o mural reivindicativo creado allí mismo durante las actuaciones. Me llama la atención que, a día de hoy, los que convocaron ese evento, no han hecho público a cuánto asciende la cantidad de alimentos y económica y si lo han enviado, tal y como anunciaban en el cartel, al Sahara.


Para el día 5 de febrero, según tengo entendido, los mismos van a celebrar otro acontecimiento «benéfico» a favor de Amidahi (Asociación Mirandesa de Afectados por el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad). En este caso especifican que pondrán unas huchas y que el contenido de estas será para la Asociación, pero de paso imagino que, además de los artículos que venda el Club para autofinanciarse, los concertistas instalaran otra vez el bar para lo mismo, es decir, obtención de beneficio propio. Y de ahí lo de ¡No a la Picaresca! ¡No a la economía sumergida! ¡No a la corrupción! ¡No a cederles las instalaciones de manera gratuita para su propio lucro!...

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