Cuando el éxito depende de la
credibilidad que puedas infundir en los demás: la concordancia entre la actitud
y el predicado ha de ser inherente, ya que, de lo contrario, el fracaso estará
asegurado.
Después de leer la tergiversada y contradictoria versión que hace el líder de
IU sobre los hechos que han venido acaeciendo en los diferentes grupos de
Facebook donde se tratan temas de Miranda de Ebro y donde, según él manifiesta:
«En mi opinión lo mejor es no alimentar a la bestia, aquí en otros espacios se
debate sobre diferentes temas relacionados con Miranda y en la gran mayoría de
los casos con respeto y educación, que es como debe ser. En mi caso hace tiemp
oque decidí pasar de este personaje y de sus insultos, lo mejor que se puede
hacer es no contestarle porque parece que le va la vida en ello, pero también
cortar con su dinámica y no permitirle que utilice espacios comunes como
plataformas para darse eco y atacar a todo el mundo. COnmigo y con IU tiene una
obsesión enfermiza, muchagente no comparte ni nuestro ideario ni nuestras
propuesta y cuando lo expresa o debate con nosotras lo hace con respeto,
tranquilamente y tal, es lo suyo, es sano, pero lode este hombre no es ni sano,
ni lógico, ni aceptable».
Lo de tergiversado viene a razón de
que hay personas afines a sus ideales e incluso militantes del susodicho grupo
político que se dedican a crear perfiles falsos para atacar y tratar de
desacreditar descaradamente a quienes ostentan el lugar que tanto anhelan a
través de infinidad de falacias e injurias, y esto no es fruto de la
imaginación ni de la supuesta obsesión que se me atribuye, ya que: lo que
escrito está: se puede leer, y lo de contradictorio, se debe a que el discurso
que esta persona predica a los cuatro vientos en realidad no tienen nada que
ver con sus actos y, no, tampoco es algo que esté en la imaginación, sino en
sus propias palabras. Y, por último, en vista de ser consciente que no
necesitan a nadie para desacreditarles, que a todo cerdo le llega su San Martín
y que el tiempo es quien pone a cada persona en el lugar que le corresponde: me
dedicaré a mis asuntos sin prestarle ningún tipo de atención pública y que cada
palo aguante su vela…
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