jueves, 2 de febrero de 2017

Ante todo, Sinceridad...


Escrito el 2 de febrero de 2017

La Sinceridad en las personas es una de las virtudes que más valoro, por entender que: junto a la honestidad y el respeto forman un trío fundamental para que cualquier tipo de relación prospere y perdure.

En asuntos literarios, ser sincero no significa ni consiste en tener derecho a cuestionar, juzgar, menoscabar, reprender ni ridiculizar a quienes se exponen en público, independientemente de que se haga de forma oral o por escrito.

No entiendo ni comprendo la actitud de algunas personas que, como yo, son aficionadas a escribir y compartir escritos, pensamientos… y somos dadas a transmitir nuestro punto de vista a través de Internet. Me estoy refiriendo a quienes, de algún modo, la sinceridad les incomoda y/o se sienten ofendidos por indicarles dónde está ubicado su punto débil, ese que, de no ser corregido, además de convertirse en una fea e improductiva costumbre, les impedirá alcanzar el objetivo fijado: de manera directa.

Me entristece ver la efusividad y el afable trato que ofrecen a quienes, posiblemente, por intereses ocultos y/o ser correspondidos de igual modo, les adulan y halagan, incluso a sabiendas de los errores cometidos; entrando así a formar parte de esa espiral donde: si me sigues, te sigo, si me elogias, te elogio… algo que, antes que después, además de robarte ese bien que tanto escasea, te convertirá en una persona frívola, egocéntrica, mentirosa y todo lo que ello conlleva, incluido vivir en un mundo ficticio donde nada se corresponde con la realidad, ni siquiera la felicidad evidenciada en las respuestas. En fin, todo es respetable, y allá cada persona con su forma de ver y vivir, ya que, al fin y al cabo, ella será quien tenga que lidiar con la sobrecarga: porque en la Vida todo tiene y/o requiere un precio.

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Gracias por la atención.
Saludos


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